jueves, 3 de mayo de 2012

Cómplices del silencio | SinEmbargo OPINIÓN


         Por: Lydia Cacho - mayo 3 de 2012 - 14:28

Asesinan a seis personas en un centro turístico, está claro que los autores de la matanza son narcotraficantes



 Inmediatamente el gobernador levanta el teléfono y llama a los directivos de los periódicos locales, les pide “por el bien del destino turístico” que no publiquen la nota. Todos obedecen, claro está, con una significativa cuota publicitaria de por medio. Además de una suerte de bonos por buen comportamiento que van desde fuertes sumas de dinero en efectivo hasta canonjías y puestos burocráticos para familiares de los directivos y propietarios de los medios. 


Durante décadas, las y los reporteros hemos visto de cerca cómo los propietarios y directivos de algunos medios de comunicación toman decisiones que terminan involucrando al medio en actos de corrupción imperdonables. A veces no hay mucho que hacer, sino trabajar y esforzarse porque tus notas sean publicadas, porque la sociedad conozca aquello que es de interés público. Nadie enseña a una o un reportero a navegar entre la corrupción y casi nadie se atreve a cuestionar a sus editores.


El periodismo es una profesión ya de por sí riesgosa y no es una casualidad que en el mundo entero haya cada vez más periodistas que trabajan por la libre vendiendo sus notas a diversos medios para subsistir, pero sin estar atados a uno solo. A veces simplemente son los políticos quienes directamente compran o fundan un medio para controlar la información; particularmente en tiempos preelectorales. Trabajar en un medio así es convertirse en parte activa de la manipulación.



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