martes, 26 de junio de 2012

Sí, un golpe de estado





Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 14 de junio de 2012
Este artículo señala que el rescate financiero impuesto a España por la eurocracia de la Eurozona así como por el Fondo Monetario Internacional y por el gobierno Merkel en Alemania, ha supuesto una pérdida de la soberanía española transformando el gobierno español en una mera correa de transmisión de las decisiones tomadas por aquellas instituciones.
En un artículo que publicamos ayer Juan Torres y yo en Público titulado “El rescate traerá más recortes y no sirve para salir de la crisis”, señalábamos que en España estaba ocurriendo un golpe de Estado contra la democracia, que se había estado gestando en los últimos años y que había culminado con el rescate financiero. El artículo ha tenido cierta repercusión, pues señalábamos que no era cierto –como el Gobierno Rajoy estaba anunciando- que las condiciones que desde las instituciones europeas se estaban imponiendo al Estado español afectarían sólo al sistema financiero, sino que afectarían también a las políticas fiscales y macroeconómicas del Estado español (tanto central como autonómico). El artículo mostraba partes de la resolución aprobada por la Comisión Europea, donde se confirmaba que la intervención abarcaba también políticas económicas y fiscales, hecho confirmado por otros portavoces de la Comisión Europea e, igualmente importante, por portavoces del Gobierno alemán presidido por la canciller Ángela Merkel.
Entre las respuestas a nuestro artículo, merece especial mención por su representatividad, la del programa económico de Catalunya Información (radio pública de la Generalitat de Catalunya, próxima a la coalición conservadora y liberal que gobierna Catalunya). En aquel programa de tintes conservadores se criticó nuestro artículo definiéndolo como exagerado, utilizando nuestra definición de lo que estaba ocurriendo como “un golpe de Estado” como señal e indicador de nuestra exageración. Siendo yo el que sugirió tal nombre, y siendo ambos, Juan Torres y yo, los que, a través de nuestros impuestos financiamos tal radio pública (que excluye sistemáticamente autores de izquierda) me siento en la necesidad de responder.
Comienzo, pues, por indicar que aunque he recibido toda clase de insultos o epítetos a lo largo de mi larga vida profesional, el de “hiperbólico” es nuevo. Suelo evitar el lenguaje exagerado común en la cultura política y mediática española, y de ahí mi sorpresa de aquella observación referente a nuestro artículo (que oí mientras conducía el coche camino de mi casa). Veamos, pues, si tal programa llevaba o no razón. Y analicemos si llamar “golpe de Estado” a lo que está ocurriendo en España es o no es un golpe de Estado.
Definamos inmediatamente qué quiere decir un golpe de Estado. Pues bien, tal definición incluye un proceso que interrumpe un Gobierno mediante la fuerza para sustituirlo por uno en el que las decisiones son tomadas por grupos fácticos nacionales y/o internacionales, que imponen sus decisiones con medidas represivas. Tal fuerza no tiene por qué ser militar. No hay que asumir que todos los golpes de Estado suponen una intervención militar. Puede ser una fuerza financiera, económica, religiosa, o lo que fuere, y la represión no tiene por qué ser militar. Puede ser policial o político-mediático, prohibiendo o reduciendo de forma significativa la libertad de expresión.

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