viernes, 9 de marzo de 2012

Pero bueno ¿nos sublevamos ya o qué? | Insurgente.org



Coronel Martínez Inglés

España en estos momentos, amigos, es una ruina total, un fiasco social y político, una catástrofe económica y financiera: Recesión, paro monstruoso, corrupción generalizada, deuda escalofriante, miseria total para millones de sus ciudadanos, despidos laborales gratis total, déficit imparable, recortes salvajes en sus sistemas sanitario y educativo, algaradas estudiantiles, protestas sociales en aumento incontrolado, huelgas sectoriales por todos lados y paro general del país a corto plazo, descontento social a todos los niveles, desprestigio de las instituciones comenzando por una monarquía enfermiza y corrupta y terminando con una clase política inepta y totalmente despreciada por el pueblo … y, en el horizonte a medio plazo, la suspensión de pagos pura y dura y el colapso total como nación soberana.
Y encima de todo esto, y por si fuera poco, deprimido lector, seguimos bajo las órdenes, ya descaradas y sin tapujos democráticos de ninguna clase, del nuevo imperio económico germano, de la implacable dictadura del euro de la señora Merkel a la que ya solo le falta ponernos a todos los españoles a desfilar por La Castellana al paso de la oca y con el asustado “recortador de oro”, señor Rajoy, tocando el tambor y acompañado de la cabra de La Legión.
Esto ya no hay dios que lo aguante, compatriotas. Este país es de locos, se va al carajo, estamos a días, o como mucho semanas, de atravesar en tropel la línea roja del “no retorno” (esa línea intangible de corte castrense, no dibujada en los mapas militares, que les dice muy bajito al oído a los soldados de elite que ejecutan una arriesgada misión que a partir de ella solo les queda luchar como jabatos, cumplir a rajatabla la tarea encomendada y esperar a que la suerte les salve la vida y el honor) y los españoles seguimos hocicando en el error, en la mentira, en el pasotismo más suicida, en el sálvese quien pueda y esperando, con más moral que el divino Urdangarín, que Europa se apiade de nosotros, que se crea a pies juntillas las mentiras del nuevo y asustado presidente del Gobierno español, señor Rajoy, que acepte sin muchas represalias comunitarias el órdago suicida que le lanzó el viernes día 2 de marzo por la tarde en Bruselas a cuenta del descomunal déficit que arrastra este país y nos posponga los deberes financieros relacionados con el mismo hasta el año que viene.
¿Pero que coño, y lo digo totalmente en serio, esperamos los españoles para sublevarnos, para decir ¡Basta ya! para gritar a coro y a mandíbula batiente ¡Hasta aquí hemos llegado, políticos de medio pelo, ineptos de mierda!? ¿Pero es que los 45 millones de pacientes ciudadanos de este país (millón más, millón menos, de parados obviamente) aparte de corruptos (no todos lo somos, afortunadamente, afincados la gran mayoría de ellos en la política, en las instituciones y en las llamadas clases pudientes), pasotas (a título individual y colectivo), pelotas con el que manda (el “Sí, señor, señor”, de los marines estadounidenses tiene raíces hispánicas), de valor recóndito, manifiestamente mejorable y dado en última instancia a las derrotas heroicas, “lameborbones” ancestrales, futboleros a semana completa, torotorturadores de puro, almohadilla y copa, vagos (según la señora Merkel; de “baja productividad laboral” según los economistas del reino), tontorrones del culo (con un crédito cerebral medio cercano a aquellos 5 picogramos del solomillo optimizado con clembuterol de nuestro último crac ciclista), envidiosos (lo de “no desearás la mujer de tu prójimo” fue puesto en el decálogo de buenas prácticas del catolicismo a instancias de los primeros evangelizadores ibéricos), individualistas (solo nos juntamos con otros u otras para robar o procrear)… somos también masoquistas de tamaño natural y a jornada completa?


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1 comentario:

  1. Hay convocada una huelga general, es de suponer que será seguida ampliamente por gran número de esos millones de parados, trabajadores cabreados y ciudadanos reponsables (todavía). No sé si eso es sublevación, pero no parece masoquismo.

    Otra cosa es el miedo imperante. Miedo al futuro, decepción, super habit de depresiones y estrés...Eso hace mucho, no basta con encoraginar, hay que empoderar. Hasta que el ciudadano medio no sea consciente de su poder, individual y colectivo, no haremos más que clamar en el desierto.

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